18.5.05

Bahía y puñal

Cuando la soledad en que me sumergen con cuentagotas algunos transeúntes desorbitados, por las apacibles calles en flor de una noche ambigua y exhausta, es descubierta por un dulce susurro de viento afilado, comienzan los cantos de sirena del asfalto a atronar por el íntimo hilo de la vida. Se producen en el alma sensaciones que luchan entre ellas por asomarse al acantilado y saltar al vacío, como si de un último deseo se tratase. Sueños de la arena, de las callejas encogidas de Mayo, sueños de reja. Sueños de plata, sueños de vendimia. De plaza en las manos y piedra en los labios, sueños. Sueños al descubierto, sueños al por mayor. Sueños soñados en la longitud del paseo, sueños de una habanera, como salvavidas. De cal en los muros y sal en los ojos.
Cuando la soledad en que me sumerge con cuenta gotas la caída del día, en esta ciudad repentina, alza sus dudas y sus miedos contra mi pecho… Sueños, delirios. Sueños de trigo y guitarra, sueños de palmas. Sueños de aldaba y de olivo, de monte y camino. Sueños, letargos… Sueños de vida y fruncidos, sueños de niño. Sueños encaramados a la puerta del patio. El balcón, el mar y las mañanas, sueños. Sueños de adolescencia tardía, de primeros besos en la humedad de la lengua. Sueños de madrugada y arrabal, de acento y carnaval, de letanías. Sueños a un paso del fin del mundo, desmayado sobre el océano. Sueños de tierra, sueños de Cádiz, bahía y puñal, pico en la nada, cima del mundo donde me dejo caer cuando la soledad en que me sumerge con cuentagotas el insomnio de la primavera, hace de mí un nostálgico suicida que no quiere sobrevivir a los recuerdos.

Posted by Hello