31.8.05

360º

A veces creo que no es posible ir más allá del punto en que nos encontramos pero, si nos lo proponemos, podemos girar. Girar sobre el eje e ir captando instantáneas que se suceden vertiginosamente en el cerebro para, después, ir modificando sobre los planos la amalgama de sensaciones que vamos absorbiendo con los ojos confusos. Girar es una orgía en cuatro dimensiones, quizás más. Existen giros de diversas naturalezas, tantas como puntos de partida. Desde ahí, trescientos sesenta grados exponenciales y potenciales nos dan la medida de cuán diferente son las percepciones en función de nuestra capacidad de giro. Nos debemos un toque de atención para aquéllos que se entregan al pensamiento único, que no es sino el zahorí de aguas estancas que a pasos pequeños va recorriendo las arenas sin atreverse a girar, quedando, en consecuencia, relegado al plano inmediato y fútil. Sin giro nunca sabremos lo que tenemos detrás, a izquierda y derecha, a trescientas sesenta posibilidades, en definitiva, exponenciales, potenciales y reales. En función, claro está, de nuestra capacidad de giro.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Sin esa capacidad de la que hablas somos animales siguiendo una zanahoria. Peor aún, siguiendo la zanahoria que, no se sabe muy bien quién, quiere que sigamos. Sin capacidad de giro vemos lo que quieren que veamos, vivimos como quieren que vivamos, sentimos lo que nos viene dado desde fuera.

Leyéndote ddesearía ser peonza y capaz de mirar en todas direcciones :)

1:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ser peonza sólo requiere un leve impulso y una cabeza en su sitio y un buen estómago para que no se nos revuelva en el intento de ver ciertas cosas.

3:31 p. m.  

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