22.3.06

Con permiso de Cortázar...

Hace ya tiempo me sorprendí leyendo ese libro tan recurrente y siempre presente, eternamente en estado de moda y tan manoseado, a veces, para deleite del cultureta ocasional con la sola pronunciación de su título. Me gustó Rayuela, no voy a negarlo. Me encantó la locura transitoria y titileante de Horacio y sobretodo me enamoró, como a tantos otros antes que a mí, ese personaje maravilloso que es La Maga. Evidentemente me sorprendió, pero en cierto modo he de decir, aún a riesgo de cometer herejía, que de alguna manera también me decepcionó, esperaba más de un libro que me habían recomendado por activa y por pasiva, tal vez por eso su lectura me supo a poco, entonces, claro está, no me di cuenta de ello. El año pasado releí aquéllas páginas y, en honor a la verdad, fue todo un descubrimiento, como leerlo por primera vez. En esta ocasión me centré más en la relación de sus personajes y disfruté muchísimo de su lectura. Un gran libro sin duda, pero en esas estaba yo, pensando aún a día de hoy que aquélla era la relación de amor más original y mejor narrada de los últimos tiempos cuando ante mis narices y gracias a la recomendación de la Grandes (al César lo que es del César), apareció la que sin duda es para mí la auténtica obra maestra del romanticismo contemporáneo, el manual de las historias de amor, el libro que me abrió los ojos y que sin duda me da otra concepción de la Rayuela de Cortázar, pues no he podido dejar de comparar, mientras leía, ambas formas de ver el amor imposible e incompresible. Y ya tengo mi favorito. No es que tengan mucho en común estas dos historias pero en cierto modo si me permito establecer un paralelismo evidente en la intención de ambos autores, y no me importa ser el único que la vea. La obra a la que me refiero no es otra que "Bella del señor" de Albert Cohen. No quisiera extenderme mucho en el comentario de esta maravillosa novela porque prefiero dejar patente mi encarecido emplazamiento a sus páginas, recomendar, en una palabra, su lectura. Tiene pasajes brillantes a la altura de muy pocos escritores de este siglo (hablando del anterior, se entiende) y en sí todo el escrito, de principio a fin, es un fantástico tratado sobre el amor, las apariencias, las clases sociales, la ironía, los celos, la violencia y la monotonía en las relaciones. Bella del señor, Albert Cohen, obra maestra y libro de cabecera inevitablemente, con permiso de Cortázar.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

11:27 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

tienes razón. posiblemente una de las mejores novelas, al menos de las que más me han impactado. el cortejo, quizá una de las cumbres de la literatura

6:46 p. m.  

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